Un informe especial de Finanzas San Luis
por Natalia del Valle Pi Díaz (*)
Un gusto saludar a los lectores de nuestra página, agradecemos su acompañamiento y los invitamos a seguir sugiriendo en los comentarios temas que les gustaría que publiquemos en los próximos informes especiales.
En el informe de hoy abordaremos de manera especial el teletrabajo y su impacto en los teletrabajadores en el equilibrio entre la vida laboral y la personal.
Antes de comenzar dicho abordaje me pareció importante resolver dos interrogantes, siendo el primero ¿qué es el teletrabajo? y el segundo ¿qué tiene que ver el teletrabajo con Finanzas San Luis?
Para dar respuesta a esta primera incógnita de manera formal, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) define al teletrabajo como: “La forma de trabajo que se realiza en una ubicación alejada de una oficina central o instalaciones de producción, separando al trabajador del contacto personal con colegas de trabajo que estén en esa oficina. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) hacen posible esta separación facilitando la comunicación”.
En cuanto al segundo interrogante cuando hablamos de Finanzas nos referimos a una rama de la economía que estudia cómo se mueve el dinero entre las personas, las empresas, o el Estado. Pero además se estudia cómo obtener y administrar ese dinero para el cumplimiento de los objetivos, ya sean estos personales, empresariales o estatales en función de medidas de riesgo que pudieran implicar tomas de decisiones en función de estos propósitos. Siguiendo esta conceptualización podemos afirmar que el teletrabajo es un fenómeno que afecta nuestras decisiones como inversores individuales, como empresas y como Estado. En este apartado nos detendremos en mirar al inversor individual.
Un teletrabajador (inversor individual) quizás pueda ver reducidos sus costos diarios, siendo algunos ejemplos de ello los gastos en combustibles por no tener que movilizarse a su trabajo o en la compra de viandas que antes resultaba algo totalmente necesario para no movilizarse del trabajo a su casa (un nuevo margen de ahorro u oportunidad mayor de consumo). O tal vez, podría haber descubierto que ejecutando una buena organización de sus tareas podría tomar nuevos cursos (inversión en capacitación) que antes no podía hacerlo por las limitaciones horarias. O quizás también asumir un nuevo trabajo que no le impida seguir cumpliendo con los objetivos de su trabajo actual (nuevo ingreso). Pero ¿qué pasa con la persona? ¿En qué contexto toma nuevas decisiones? ¿Cuáles pueden ser las desventajas de esta nueva realidad?
Hace unas semanas publicamos dos pronósticos de teletrabajo que Bill Gates anunció en una conferencia organizada por el diario The New York Times, los cuales se reducían a la siguiente oración: «Mi predicción es que más del 50% de los viajes de negocio y más del 30% de los días en la oficina desaparecerán». A lo cual agregó la siguiente idea: «Creo que es posible que disminuya la cantidad de contacto social que se tiene en el trabajo, por lo que el deseo de tener mayor contacto social en su comunidad o con sus amigos por la noche, ya sabe, podría aumentar porque si estamos haciendo mucho trabajo remoto, entonces nuestras ganas de socializar, nuestra energía para socializar después de dejar de trabajar, será un poco mayor. Podría cambiar un poco el equilibrio allí», señaló Gates.
Y, en virtud de este pronóstico planteamos los siguientes interrogantes: ¿Podrá mejorar el teletrabajo nuestra valoración del contacto social? ¿El equilibrio entre la vida laboral y la vida personal encontrarán fronteras medidas con estos cambios de modalidad laboral? Para poder acercarnos a la respuesta de estos interrogantes contactamos a la Lic. Ester Carolina López (**), cuya entrevista compartimos a continuación:
- ¿Cree que el teletrabajo podría ayudar a los teletrabajadores a valorar más su contacto social fuera de la oficina, logrando equilibrar la vida laboral con la vida personal?
Para los adultos el trabajo es un organizador del psiquismo tanto por el sentido de valoración personal como por el manejo del tiempo, pero entre las cosas difíciles para los seres humanos está el lograr equilibrio, en diferentes áreas (física, emocional, social, laboral, etc.). Con el teletrabajo no queda en claro ni el tiempo ni el espacio, dos limites, dos bordes que contienen y que pasan a “depender” del trabajador …. y no tanto, porque ahora se lo controla también en el ámbito de su casa. Pienso, ¿existe de verdad tiempo para otras actividades fuera del trabajo cuando el tiempo que ocupa el trabajo no queda claro?
- Si pudieras resumir las desventajas del teletrabajo en tres puntos clave ¿Cuáles serían?
Los resumiría en:
1. Distorsión en los conceptos de tiempo y espacio. Estoy en mi casa con mi familia, pero al mismo tiempo estoy en el trabajo, estoy en la sala de espera del médico, pero también estoy en el trabajo.
2. Fomenta el individualismo y la indiferencia para con los otros. “Me conecto” ya no es acercarme, tocar y participar en hacer algo por alguien más …sino una conexión solitaria con la pantalla, o una expresión afectiva de emoji.
3. Aumento del cansancio físico y desgaste afectivo. El nivel de estimulación que se presenta a través de las pantallas es completamente diferente de la vida real aumentando por lo tanto el aburrimiento por fuera del plano virtual.
- De igual manera ¿cuáles serían las principales ventajas u oportunidades del teletrabajo?
La principal ventaja del teletrabajo es no parar la producción de ninguna manera. Ya que al teletrabajador se lo mide por el producto o resultado terminado y no por el proceso de producción.
- ¿Qué sugerencia le daría a los teletrabajadores para que puedan trabajar en su equilibrio laboral y personal? ¿Existe alguna habilidad que sea clave para poder lograrlo mientras se teletrabaja?
Pienso que es más necesario en este momento definir qué es lo importante en mi vida ¿Qué lugar ocupa Dios, la salud, la familia, los amigos y el trabajo para mí? ¿Qué me angustia y por qué?
Mundo multiforme e instantáneo decía Borges para referirse a este apuro, a este continuo cambio que no permite dar un sentido histórico a lo que vivimos. Una habilidad clave es el reconocimiento… ¿de qué? que necesito parar, que necesito pensar y elaborar lo que siento, y entonces se vuelve hoy más que nunca un deber para con uno mismo y para con sus vínculos.
El análisis de la Lic. López nos lleva a prestarle mucha atención a la labor diaria del home office y buscar personalmente el equilibrio entre la vida personal y la vida laboral.
Delimitar el tiempo en el que se trabaja resulta un factor clave para poder diferenciar los momentos en los que nos desconectamos, para conectarnos con nuestros otros roles y permitirnos parar a vivir nuestras emociones y las emociones de los otros de una manera más real y auténtica.
Un buen ejercicio para poner en práctica para la búsqueda de este equilibrio es comenzar el día como si se estuviera en la oficina, en el trabajo, y evitar la comodidad de no prestarle atención a la ropa que se usa o trabajar desde la cama, además de buscar una rutina en el momento de las comidas o un orden en el cuidado de los hijos o las necesidades de la familia que convive con la persona que teletrabaja. Estas delimitaciones de espacios y rutinas de alimentación y socialización contribuyen tanto a la salud física como mental.
Si estas preocupado porque el teletrabajo consume todo tu tiempo, nunca es tarde para ordenar tu día y pensar en nuevas soluciones. Todo depende del orden de tus prioridades y la gestión de tu tiempo en función de ellas. En próximos informes compartiremos más tips que podrían ayudarte a conseguirlo.
(*) Es Licenciada en Administración de Empresas por la Universidad Católica de Cuyo, sede San Luis. Especialista en temas de recursos humanos. Columnista de Finanzas San Luis.
(**) Es Licenciada en Psicología por la Universidad Adventista del Plata. Diplomada en Trastornos emocionales severos en niños. Diplomada en Inclusión escolar en niños con discapacidad. Magister en Neuropsicología de la Educación. carogall16@hotmail.com
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