Informe especial de Finanzas San Luis

Por Cristian Sindoni (*)

En épocas de crisis, los temas relacionados a finanzas personales empiezan a ganar lugar entre los favoritos de los lectores, quienes tratan de aprender nuevas estrategias o buscar algún consejo para llevar a la práctica. En esta ocasión desarrollaremos algunas recomendaciones para que puedas llevar a la práctica y ganar el control de tus finanzas.

Argentina es un país complejo, con ciclos económicos vertiginosos. Esto nos exige estar atentos, ser hábiles y precisos en la administración de nuestras finanzas, mucho más aún que en un país del primer mundo.

Para trabajar nuestras finanzas personales es imperioso entender cómo tomamos decisiones, cuáles son nuestras preferencias y gustos, que prioridades asignamos a la gran lista de necesidades y cómo ahorramos.

En el ámbito de las finanzas, una distracción, un error de cálculo o de interpretación puede costarnos muy caro y llevarnos al camino del permanente endeudamiento y en ocasiones al default (no pagar nuestras deudas). Es común (no es normal) que estemos “preocupados” cuando tomamos decisiones financieras, por que frecuentemente “pisamos el palito” de la desinformación y perdemos mucho dinero (sino pregunten a los hipotecados UVA). Estos errores suceden porque no estamos bien informados y también porque a veces la información tampoco es clara o está rodeada de supuestos implícitos que no quisimos, supimos o pudimos analizar.

La importancia de estar informados

Una primera recomendación (diría la más importante) radica en leer todos los días un diario o blog relacionado a economía y finanzas como, por ejemplo: nuestro Blog Finanzas San Luis, Cronista Comercial, Ámbito Financiero, Infobae, La Nación, Clarín, etc. También seguir a especialistas en temas importantes, como Impuestos, Finanzas, Economía, Política, etc. Este punto es clave, ya que permite que estemos informados. Permítanme agregar algo más al respecto, empezar a leer noticias de economía y finanzas hace que recién en 3 o 4 meses tengamos información sistémica, es decir, información que en conjunto nos permita realizar algún tipo de análisis útil. No sirve la lectura aislada porque pierde sistematicidad, el análisis se vuelve parcial y no se logra el estudio del comportamiento de las distintas variables económicas.

¿Compro lo que necesito? o ¿Necesito lo que compro?

Tenemos una tendencia a desprendernos rápidamente del dinero, como si nos molestara. Compramos cosas que no necesitamos y decidimos con una lógica que justifica cualquier consumo como necesario, “esto es lo que necesitaba…”.

El hecho de que cada vez consumamos más y peor hace que no tengamos la posibilidad de ahorrar y de que tomemos malas decisiones financieras (refiero a las grandes decisiones). Claro está que el consumir nos genera satisfacción presente y el ahorrar no, esto naturalmente hace que la balanza le otorgue un margen de bondad al consumo. Sin embargo, debemos entender que el ahorro (no consumo) es la única manera de lograr nuestro crecimiento y libertad económica. El ahorro, sin ninguna duda, es el camino difícil.

Tenemos que aprender a gastar nuestro dinero de manera inteligente, con información, buscando opciones, mejores precios y calidad, analizando las prioridades y asignando los recursos hacia aquellas alternativas más importantes. También aprender a realizar buenos análisis de compras. La recomendación es tratar de evitar las compras impulsivas, sin analizar. Hacer frecuentemente compras de emergencia, gastos hormiga, gastos impulsivos, compras por tentación, son malos hábitos para las finanzas personales. El comprador emocional o el descuidado es el mejor candidato a los errores de compra.

El creer que tener una tarjeta de crédito es tener un mayor ingreso en muchas oportunidades nos lleva a vivir fuera de nuestras posibilidades. Tener una tarjeta de crédito no significa tener más recursos para gastar, sino tener un medio para consumir hoy con los recursos que se van a generar en el futuro. La tarjeta debe estar bien monitoreada y cuidada, con topes de compra.

Tengamos en cuenta que los malos hábitos de compra o consumo pueden acabar con cualquier cuenta bancaria, hasta una millonaria. Y como todo hábito, tiene más que ver con el comportamiento psicológico.

Los costos y riesgos de procastinar

Procastinar significa posponer o aplazar tareas, deberes y responsabilidades por otras actividades que nos resultan más gratificantes pero que son irrelevantes. En el contexto financiero significa que hay tareas que sabemos que son importantes para nuestra economía y que las reemplazamos por otras que nos resultan más placenteras. Por ejemplo, la tarea de arreglar el auto y que al momento de llevarlo lo reemplazamos por un café con amigos que es más gratificante, aplazando la tarea. Esta manera en la que asignamos prioridades es muy costosa y peligrosa para nuestras finanzas, quizás esto que asignamos en prioridad nos costó que el auto cada vez se rompa más y que el costo de repararlo sea imposible de pagar y tengamos que inclusive costear intereses para sacar un crédito para arreglarlo.

Si pensamos simple hay un cuadro de doble entrada que muestra que tareas jamás deberíamos procastinar. Las número 1 son las importantes y urgentes, luego las 2 que o no son importantes, o no son urgentes y las 3 que si se pueden aplazar:

Una recomendación adicional es analizar los riesgos asociados a cada tarea importante y urgente (en el cuadro las 1), el conocido “What If” en finanzas, que pasa si no arreglo el auto, que pasa si no pago la cuota del préstamo, que pasa si me quedo sin ingresos, que pasa si saco mañana el seguro del auto, entre otros. Existen riesgos cuantificables y no, asociados a nuestra toma de decisiones. Entonces, si tengo que elegir entre dos tareas del cuadro 1 el modelo es elegir la menos riesgosa o más beneficiosa para nosotros. Una buena práctica es listar los riesgos principales y entender que hay prioridades que no se pueden procastinar, que son terriblemente costosas. En finanzas hay temas serios, que deben estar perfectamente analizados y no dejarlos para mañana.

No se para que ahorrar, por eso consumo

El Ahorro es el principal objetivo en la administración de nuestras finanzas personales. Es común que seamos reticentes al ahorro, debido a que la industria del consumo no genera los incentivos para que ahorremos. No se ven publicidades donde nos digan “Cuide su dinero, no lo gaste, ahorre”. Sin embargo, durante las crisis resulta casi imposible ahorrar para la mayoría de las familias, debido a la caída del ingreso real, la distorsión de los precios relativos y a las pocas alternativas de pluriempleo u otras fuentes de ingreso. Sin embargo, quien dispone de ingresos, al revisar los gastos seguramente encontrará algún mecanismo de ahorro.

Suponiendo que tenemos alguna capacidad de ahorro, la pregunta que seguramente nos estaremos haciendo es ¿Para qué ahorrar? Antes de responder esto quisiera advertir que estamos ahorrando en un País con serios problemas de estabilidad y con bajísima capacidad de sortear una crisis internacional, un País que puede cambiar drásticamente su situación macroeconómica en el corto plazo. Esto sucede porque nuestro País no es un buen ejemplo y porque gasta más de lo que tiene (capítulo aparte para debatir). Ahora bien, seguramente estaremos pensando en ahorrar en dólares, como la mayoría de los argentinos, siendo esto un buen comienzo y lo recomendamos, pero en la práctica comprar dólares para ahorro es pensar en un Activo que es escaso y caro, con restricciones de compra y con todos los mecanismos estatales encima para que perdamos frente al peso.

Generalmente, quien ahorra desconecta la fuente del destino y acá está la cuestión. Para tener un plan de Ahorros consistente, debemos pensar en cuales son los posibles destinos de nuestros ahorros. Un plan de ahorros para comprar un inmueble puede diferir de un plan de ahorros para comprar un auto o hacer un viaje. También podemos ahorrar para tener fondos anticrisis o fondos para invertir y ganar renta. Entonces, lo primero que debemos hacer es pensar en el destino futuro del ahorro y luego diseñar el mecanismo específico para ahorrar en cada caso.

Otra cuestión para evaluar es el riesgo que estamos dispuestos a asumir en nuestros ahorros. Existen ahorristas que apuestan al bitcoin con fondos destinados a su futura vivienda, sabiendo que es un activo muy riesgoso y que posiblemente su destino final pueda verse afectado. Pero estos inversores están dispuestos a correr el riesgo, a cambio de conseguir más rápido su objetivo. Es una opción, pero no es recomendable para el promedio de los ahorristas que no estarían dispuestos a pasar por una posible pérdida de capital.   

En este punto te invito a que pienses para qué fines necesitas ahorrar y que luego evalúes las distintas alternativas de ahorro que existen, los riesgos que estás dispuesto a soportar en el camino del ahorro y también que consideres todos los posibles escenarios de la inestable Macroeconomía Argentina.

En una nota pasada, desarrollada por Finanzas San Luis te contamos que alternativas de ahorro e inversión existen.

(*) Es Licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Río Cuarto. Asesor en Control de Gestión y Economía de Negocios. Columnista de Finanzas San Luis.

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