Un informe especial de Finanzas San Luis.

A modo de introducción

por Marcos Lucero (*)

Cerramos el 2019. Quinto año de Finanzas San Luis. Y qué mejor forma de finalizar el año que cumpliendo con la misión que nos planteamos desde un primer comienzo: llevar a todos y cada uno de nuestros lectores reseñas de índole económico – financieras relevantes de la actualidad, y los análisis de los profesionales más prestigiosos del medio, para que cada uno pueda tomar sus decisiones de finanzas personales, laborales, comerciales, etc. con información adecuada y pertinente.

Y este cierre de año nos llena de satisfacción por la oportunidad de poder contar con prestigiosos analistas de nuestro medio.

En esta edición especial contamos con la colaboración del CPN Víctor Moriñigo, Rector de la Universidad Nacional de San Luis; el Mg. Alejandro Guzmán Stefanini, Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Católica de Cuyo, sede San Luis; del Dr. Enrique Elorza, Coordinador del Centro de Pensamiento Crítico Pedro Paz; CPN Hugo Zudaire, Vocal del Tribunal de Cuentas de la Provincia de San Luis; Mg. Francísco Oromí, Coordinador de Finanzas San Luis Inversiones; Lic. Javier Pérez, docente de la Universidad Católica de Cuyo, sede San Luis; Lic. Matías Ramos, docente de la Universidad Nacional de Villa Mercedes; y Mg. Andrés García, asesor económico.

Todos ellos, y desde su perspectiva particular, nos brindan en esta edición su visión sobre la economía de nuestro país en este año que estamos finalizando. Esta rica y diversa participación nos ofrece una serie de análisis de la realidad del 2019 desde las ópticas de la educación y el conocimiento, las políticas aplicadas en el pasado y las perspectivas para el futuro, la situación del endeudamiento de nuestro país, la realidad provincial, los números de nuestra economía, la realidad del sector externo, el análisis de la actualidad en función de su contexto y el impacto en los mercados financieros.

Esperamos con todo gusto que sea de vuestro interés.

(*) Es docente de Administración Financiera para las carreras de Contador Púbico Nacional, Lic. en Administración y Técnico Universitario en Administración Financiera en la Universidad Nacional de San Luis y en la Universidad Católica de Cuyo, sede San Luis. Coordinador del equipo de trabajo Finanzas San Luis. Contador Público Nacional por la Universidad Nacional de San Luis.

Economía del conocimiento, no hay otra salida

por Víctor Moriñigo (1)

Seguramente hemos odio hablar de lo que se denomina “profecía auto-cumplida”. Es una predicción falsa, una especie de fake news, de una situación que altera el comportamiento y la actitud de una persona de forma inconsciente que provoca que esa ‘predicción’ se haga realidad.  Sería como predisponerse tanto a que ocurra, que termina pasando.

Existe una descripción de la realidad que se nos viene, y tiene que ver con el mundo del trabajo, y las nuevas tecnologías, y las Universidades; tratando de anticipar o predecir cuales serán esas tareas requeridas en el futuro. La mala noticia es que ese futuro no es en cincuenta años, ni en quince, sino más pronto de lo que creemos.

Veamos. Somos la generación testigo del primer teléfono (ese que se discaba), y del teléfono inalámbrico, y del primer celular, y de los que actualmente realizan todo lo que puedas creer o soñar. Eso no es casualidad, un gran porcentaje de los investigadores / creadores de la historia mundial están hoy vivos y estudiando e investigando (incluso en este momento), por ello es que vemos tan vertiginoso el cambio.

Si tomamos como una unidad para cuantificar el conocimiento en el mundo el nacimiento de Cristo (año 0) como punto de partida, debieron pasar mil setecientos años para que ese conocimiento pudiera duplicarse (con la revolución industrial). Luego para que el conocimiento volviera a duplicarse debieron transcurrir doscientos años más (en 1900, previo a la 1° Guerra Mundial). Luego en 1950, con la segunda revolución industrial, ya duplicar el conocimiento tomo solamente medio siglo. En 1980 el inicio de la computadora llevó a que solo se tardaran 40 años en volver a duplicar el conocimiento en el mundo, y luego en 1994 solo se tardó catorce años más con la aparición de Internet para duplicar el conocimiento nuevamente. Y en 1999 sólo pasaron cinco años para volver a duplicarlo. Y en 2003 se tardaron 3 años…

Se estima que hoy cada 13 meses el planeta duplica su conocimiento, y que en unos años será en escalofriantes 12 horas…. (Puedes ver este estudio más profundamente buscando “Ley de Moore”).

Sabiendo esto, ¿las Universidades podemos tener planes de estudios de 10 o 15 años de antigüedad?

Es por ello que la economía tal cual la concebimos ya no cuenta. En un mundo donde la mayor empresa de transporte no tiene transportes (UBER), donde la mayor empresa de películas no tiene cines (NETFLIX), y donde la mayor empresa de alojamientos en el mundo no tiene hoteles (Airbnb); donde Mercado Libre vale más que YPF nuestra empresa de energía de bandera.

Países y Universidades no debemos ver este futuro de manera determinística. Si ineludible pero no caótica. Además de ocuparnos de planes de estudios de carreras tradicionales debemos prepararnos y preparar a nuestros jóvenes en mundo dinámico a ayudar, con aptitudes y capacidades blandas como liderazgo, trabajo en equipo, y aprender a empatizar ante grupos interdisciplinarios, de desarrollo de escenarios competitivos. 

Hay que enseñar a pensar un problema no a resolver un problema.

Existe la creencia generalizada de que los países primero crecen económicamente y, una vez que tienen el dinero, pueden darse el lujo de invertir en educación, salud, nutrición y tecnología (teoría del derrame). Pero es al revés, los países que han logrado desarrollarse económicamente han sido aquellos que han invertido primero en esas áreas.

Hoy en día el motor de la economía del mundo es la innovación. No estamos condenados al éxito, ni somos tan ricos en recursos naturales per capita como creemos.

“Con el campo no alcanza. Si no empezamos a competir en serio por la generación de conocimiento en diez años vamos a seguir haciendo lo que estuvimos haciendo hasta ahora: administrar la pobreza”, dice Facundo Manes.

La economía del conocimiento es el futuro (y el presente). No perdamos tiempo.

(1) Rector de la Universidad Nacional de San Luis. Es Contador Público Nacional por esa misma casa de altos estudios. Docente de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales.

La Economía Argentina hacia el 2020

por Alejandro V. Guzmán Stefanini (2)

Creo que la palabra más adecuada para iniciar este breve análisis es “introspección” (*), ya que necesitamos saber aprovechar todo el recorrido y la experiencia vivida en cuanto a medidas de política económica, que nuestro país supo adoptar, en nuestro bicentenario cumplido.  Ser capaces de leer cada situación, de analizar las acciones adoptadas y aprender de los resultados obtenidos, creo que nos posicionan de otra manera en una búsqueda consensuada hacia esa meta de crecimiento sostenible y sustentable que tanto deseamos y compartimos como sociedad.

Si hablamos de crecer, el tiempo acaecido entre los años 1950-2016, nos demuestra un desempeño menor al esperado para el perfilamiento de nuestro país (**).  Durante mencionados años, se atravesaron 14 recesiones –pudiendo sumar una más, en referencia al momento de este ensayo-, con una duración promedio de 1,6 años cada una, lo que implicó vivir un tercio de ese tiempo con crecimiento negativo.  Como todos sabemos, un dígito en términos de crecimiento tiene un gran impacto en el largo plazo, así de la manera contraria, la caída promedio de 3,5% por cada recesión vivida nos resultó un promedio anual de crecimiento en todo el periodo de 2,7%, inferior al de los países de la región (3,7%) e inferior al de los países de altos ingresos al que supimos pertenecer (3,9%).  Dejando un 40% de la población vulnerable a la pobreza y con un ritmo acelerado de consumo de recursos naturales (reducción de bosques nativos en un 12% contra un 6% a nivel mundial, a partir de 2000).

 Esto nos marca la necesidad de establecer reglas directrices de largo plazo que orienten el accionar de cada ciudadano en búsqueda de su progreso individual, local, provincial y nacional, dentro de una economía mundial que está buscando encontrar contrapesos y equilibrios de liderazgo y bienestar.  Está demostrado que el cambio vertiginoso de reglas y objetivos económicos sólo provocan decisiones acordes al corto plazo, donde los agentes económicos invierten pensando en periodos de recupero de cortísimo plazo a fin de asegurar lo arriesgado en el proceso económico –hoy coincidente con la duración del periodo electoral presidencial, quien dirime las directrices-. 

El año 2020 nos espera con una realidad desafiante, una deuda bruta de casi del 100% del PBI (incluyendo lo que se debe a la Anses y al Banco Central), con imposibilidad de acceder al financiamiento externo voluntario y de ayuda de organismos internacionales (Fondo Monetario), con un nivel de trayectoria estable en los precios de las comodities, un crecimiento mundial más atenuado y un nivel de gasto social estable y necesitado de sostener.

Hoy son claros entonces tres metas –mientras dure este periodo de estancamiento-, deberemos vivir con lo generado por nosotros, poner en marcha la economía y lograr la reinserción internacional con la capacidad de pago de nuestras exportaciones.    Solo de esa manera nuestro país podrá transformar sus stocks en riqueza.

(*) Según su significado etimológico, proviene del latín “introspectus” mirar adentro y del sufijo “ivo” que indica capacidad para.

(**) Hacia el fin de la Crisis en Argentina: Prioridades para un crecimiento sostenible y prosperidad compartida.  Grupo Banco Mundial.

(2) Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales UCCUYO Sede San Luis. Es Maester en Liderazgo Estratégico por la Universidad San Pablo CEU (Madrid – España), Magíster en Economía por la Universidad del CEMA y Licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Río Cuarto. Profesor Titular de las Cátedras Teoría Económica I y II, en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, de la Universidad Católica de Cuyo – Sede San Luis.

Deuda Externa, Soberanía y Economía Política

por Enrique Elorza (3)

El origen, composición y plazos de vencimiento de capital e intereses de la actual deuda tiene sus particularidades. Solo basta mencionar que la Argentina nunca en su historia se endeudó en tan poco tiempo y de la magnitud que lo hizo. En los últimos 4 años la relación deuda externa con el producto interno bruto (riqueza generada en un año en el país) paso de 53% en el año 2015 al 98% para el 2019.

Algunas particularidades de la historia reciente. En el año 2017 se colocó un bono a 100 años por US$2750 millones, devolviéndose el capital en los primeros 15 años, pagando intereses por 75 años. En suma, se tendrá que devolver 7 veces el valor original. Tal decisión gubernamental lleva la firma del Ministro Luis Caputo de aquel momento. Con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se firmó un acuerdo mediante el cual, de manera exprés, se otorgó a la Argentina un préstamo en el año 2018 por US$56.300 millones, habiéndose desembozado en un solo año US$44.300 millones

Las discusiones sobre si está bien o mal endeudarse suele ser una discusión muy apegada al mundo técnico de especialistas, analistas financieros. Ámbitos estos en los cuales se hacen análisis específicos, estudios de costo y beneficio, ponderando diferentes variables macro y microeconómicas, que suelen aconsejar o no tomar deuda de tal o cual modo. También forman parte de estas discusiones y análisis quienes gobiernan y diseñan las políticas a seguir.

El tema no es un fenómeno nuevo, es parte de la historia de nuestro país. Basta remitirnos al año 1824 con el préstamo de la Baring Brothers en adelante. En el caso de Argentina, más allá de la experiencia de otros países, el endeudamiento siempre estuvo asociado con la pérdida de soberanía y la dependencia hacia otros países. Es decir, no poder fijar políticas que sean útiles a quienes habitan el territorio nacional. Un antecedente que vale la pena tenerlo en cuenta. En el año 1982 Alejandro Olmos denunció la “ilegitimidad de la deuda externa” y el juez Federal Jorge Ballestero dictaminó que la “deuda externa argentina contraída entre 1976 y 1982 fue producto de mecanismos irregulares “. El tema quedó ahí.

Más allá de las diferentes teorías que prevalecen en la materia, como así también de las distintas posturas políticas al respecto, no cabe duda que la deuda actual, tal como fue concebida es impagable. Con el agravante de que quienes posibilitaron y habilitaron los créditos no podían ignorar tal limitación. Pasa que quienes “prestan”, lo que verdaderamente les interesa es vender su mercancía que es el dinero; el cómo recuperar los préstamos, es un tema que se resuelve en el tiempo de múltiples formas.  La historia da cuenta de ello.

Por ejemplo, es imposible pensar que un Organismo Internacional como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que cuenta con recursos, tecnología y profesionales de un gran conocimiento, egresados de los centros de estudios más importantes, no sea capaz  de comprender tal limitación. El directorio y los técnicos del FMI no se equivocan. Aplican las políticas que son funcionales a sus objetivos.   Con el agravante que para otorgarle el crédito a Argentina el FMI tuvo que trasgredir las normativas internas de dicha institución. Fue el país que tiene el mayor poder de veto en ese organismo, EE. UU, quien dio la aprobación, mediante la orden del Presidente Donald Trump.

Concluyo en estas líneas expresando que pagar la deuda externa significaría seguir viviendo en una sociedad con menos derechos, con indicadores sociales, económicos magros, con más exclusión social y precariedad laboral, entre otras consecuencias. Es decir, para pagar lo que se debe significaría destinar parte importante del presupuesto nacional y del conjunto de los presupuestos provinciales para el pago de los servicios de la deuda y del capital. Y por otra parte, el aparato productivo cada vez más reducido se vería imposibilitado de generar los dólares para cancelar la deuda.

¿Qué hacer y cómo resolver este tema? Es la sociedad mediante sus múltiples maneras de peticionar, expresarse, manifestarse y organizarse que se debe involucrar en este tema.

Argentina y su reciente endeudamiento es un buen ejercicio práctico, que nos debería dejar algunas enseñanzas. Pone en evidencia que la “economía” No es una “técnica”, tal como nuestras universidades la enseñan. Observar cómo actúa un Organismo Internacional como el FMI y cómo resuelve el problema el Presidente de la mayor potencia del mundo, nos muestra que la economía tiene que ver con la política. Ellos, los banqueros, es decir el FMI, logran vender su mercancía, no en base a sus análisis macroeconómicos y microeconómico, ni utilizando técnicas de la econometría, sino mediante la política; y el gobierno norteamericano logra que un territorio más, muy importante dentro de la geopolítica mundial, quede más dependiente y vulnerable.

Estos temas como otros, como es el caso del cambio climático, ponen en evidencia que las universidades en general, entre otras instituciones, no contribuyen mucho a la solución de los problemas de la sociedad. Esto suele ser así ya que la formación que brinda pone foco en el interés individual de las personas, en mejorar la rentabilidad de los mercados y en suponer que las personas son variables económicas. Asimismo, la política profesionalizada, en la alternancia de gobierno, “saca fotocopia” de estas enseñanzas de la academia, y las va aplicando, no comprendiendo que la crisis civilizatoria que se está viviendo se encuentra a la vuelta de la esquina.

(3) Su trayectoria y especialización están orientadas a la economía política y la planificación de la política pública.  Fue Profesor Titular e Investigador de la FCEJS- UNSL. En la actualidad es Coordinador del Centro de Pensamiento Crítico Pedro Paz, Director de la Especialización en Estudios Socioeconómicos Latinoamericanos, e investigador de la Fundación de Investigaciones Sociales y Política -FISYP-. Graduado en la UNSL como licenciado en administración pública 1980, doctor en administración pública 1987 y Posgraduado en Planificación, Políticas Públicas y Desarrollo, en el Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social -ILPES / Naciones Unidas, Chile 1985.

De escaleras, árboles y economía

por Hugo Eugenio Zudaire (4)

En 1897 Ulysses Grant decía que EUA sería librecambista, pero luego que pasaran 200 años cuando se hubiera obtenido del régimen protector todo cuanto éste pudiera dar.

Esta tensión sigue siendo objeto de estudio. Una curiosa síntesis es la frase de Friedrich List, “dar una patada a la escalera”, que grafica lo que ocurre cuando países alcanzan la cima del proteccionismo: patean la escalera que usaron, para evitar que otros países la utilicen, obligando a éstos abrir sus mercados.

También la patean los propios gobiernos cuando dictan normas que desregulan los mercados, como Argentina hasta este diciembre de 2019, dando como resultado fuertes déficits fiscales y de cuenta corriente, financiados con descomunales endeudamientos nacional y provincial.

Entre tales normas destacaron eliminar la obligación de liquidar divisas de los exportadores y reducir aranceles y, en lo fiscal, disminuir las prestaciones sociales como las jubilaciones o el ahora suspendido Pacto Fiscal, al cual San Luis no adhirió.

Este año finaliza con nuevas normas que pretenden proteger a la economía, lo que al decir de Grant todavía podría dar mucho, implicando la decisión política de levantar la escalera “pateada” por la anterior legislación.

En medio de esta marea, la dirección que el gobierno de San Luis daba a la economía provincial se parecía más al postulado de Grant que a lo previsto en las normas de aquel gobierno nacional.

Sin embargo, a diferencia de EUA que resolvió este dilema con una guerra entre su norte industrial y proteccionista y el sur agrícola y librecambista, las políticas activas que implementaba el gobierno de San Luis eran boicoteadas, por así decirlo, por la inflación y la dolarización de los precios de bienes y servicios, en particular los servicios públicos, que disminuían el ingreso disponible de las personas reduciendo el consumo y ralentizando su economía.

Fueron muchos los “contrafuegos” utilizados por San Luis como planes asistenciales y sociales, mantenimiento de la obra pública, otorgamiento de préstamos a pequeños comerciantes y, por citar sólo algunos pocos ejemplos, aumentos de sueldos al personal de su administración, para impedir la caída del consumo y mantener la estructura de precios relativos lo más parecido al existente antes del último gobierno, lo que luce como logrado.

Fue un objetivo cumplido también en otros sectores de la economía, como el industrial, donde se verificó un crecimiento de sus asalariados de un 13,5% entre 2005 y 2017, superando la performance nacional, lo que finalmente se mantuvo con pequeñas disminuciones hasta el presente 2019 a pesar del impacto negativo de las políticas económicas nacionales sobre los establecimientos industriales de San Luis (*), logrando asimismo exhibir superávit fiscales durante los años del gobierno que culminó en este diciembre, sin necesidad de contar con financiamiento de terceros.

El futuro de San Luis parece promisorio porque, como se sabe, hay dos cosas que crecen con el tiempo, los árboles y la economía, cosas que también vienen creciendo en San Luis esperando que continúe así en el año 2020.

(*) http://publicaciones.inap.gob.ar/index.php/EA/article/view/120

(4) Vocal del Tribunal de Cuentas de la Provincia de San Luis. Es Contador Público por la Universidad Nacional de la Plata, Magíster en Economía por la Universidad Católica de Cuyo sede San Luis y candidato a Magíster en Economía por la Universidad Nacional de San Luis. Ha publicado el libro “Incentivos Tributarios y Costo Fiscal de la Promoción Industrial”, Ed. La Ley, 2002. Twitter @hzudaire

Los números macro

por A. Javier Pérez (5)

El 2019 ha sido un año muy complejo para la economía argentina. Y por supuesto un año difícil para todos los argentinos, ya que al ser la economía una ciencia social, detrás de los números y las estadísticas se encuentra la vida de las personas.

Ha sido un año difícil porque desde enero hasta hoy prácticamente la totalidad de los indicadores económicos relevantes han empeorado.

Dólar: se observa que el año comenzó con una cotización oficial de $38,74, y al día de la fecha la cotización del dólar oficial es de $63. Presenta una devaluación de más del 60% en el año, ganándole a la inflación en aproximadamente 5%. Sin embargo, el valor de la divisa norteamericana ha sufrido un desdoblamiento desde que se impuso el cepo hard, post elecciones presidenciales. Desde ese momento volvió a tomar relevancia la cotización del dólar blue. El mismo se encuentra en $78, lo cual indica que en el año ha superado el 100% de incremento. Hoy en día se encuentra en vigencia también el dólar turista (tarjeta), cuya cotización es 30% más que el valor oficial, llegando casi a los $82. Conclusión: ha habido una fuerte devaluación.

La tasa de desempleo ha empeorado con respecto al final del año 2018. El cuarto trimestre del año anterior arrojaba un valor de 9,1%. El año 2019 está mostrando cifras superiores a ese nivel, llegando a un pico de 10,6% en el segundo trimestre. Actualmente la desocupación es de 9,7% pero se espera que aumente para fin de año.

En 2018 la inflación anual fue del 47,6%. Los datos del año 2019 hasta el mes de noviembre ya informan de una inflación anual del 48,48%. Quiere decir que, a falta de un mes, ya se superó la inflación de todo el año 2018. Se espera que el año finalice con una inflación anual de alrededor del 55%.

El crecimiento del PBI este año tendrá nuevamente valores negativos, lo cual indica que la economía argentina se sigue contrayendo, y en una recesión preocupante. Se espera que el PBI de este año finalice con una caída del 3,8%.

A partir de las PASO la tasa de interés subió mucho con el objetivo de frenar la corrida cambiaria. La tasa comenzó a bajar posteriormente de manera acelerada hasta ubicarse en valores similares a los de comienzos de año. La Presidencia de Macri tuvo la política de tasas de intereses positivas en términos reales, contrariamente a las tasas negativas que se tuvieron durante los 12 años de kirchnerismo. El objetivo era fomentar el ahorro, para que pudiese financiar inversión más costosa y que no siempre se volcara hacia el consumo barato. Esta es una política interesante, sin embargo, estuvo mal aplicada por el contexto que vive la Argentina, sobre todo este último año. Cuando se tienen tasas de crecimiento de PBI altas es posible mantener tasas de interés altas para fomentar el ahorro sin resentir tanto la actividad económica, y disminuyendo las presiones inflacionarias. Pero en contextos recesivos no parece una buena idea tener altos valores de tasas de interés, ya que lo que se necesita es la reactivación del consumo y con ello el de la totalidad del aparato productivo. Las medidas del presidente Fernández parecen ir en esa dirección.

Lo positivo para este año: la transparencia de la gestión en cuanto a obra pública, las estadísticas oficiales, y la intención de eliminación del déficit fiscal primario, encontrándose cerca de llegar a la meta que se había puesto el anterior gobierno de -0,5% del PBI. La contracara la presenta el déficit fiscal consolidado, que considera la situación financiera.

Conclusión: el año 2019 fue un año muy duro para la economía argentina, fundamentalmente para las personas que menos recursos tienen. La pobreza aumentó del 30% al 41%, viéndose agravado por un contexto de estanflación (estancamiento del producto con inflación alta y creciente), lo cual hace que se resienta el empleo, y que las personas que buscan trabajo no puedan conseguirlo. Se espera que la primera parte del año 2020 presente signos de recuperación, motivado por la implementación de la Ley de Solidaridad y Reactivación Económica que ya está en vigencia. Es una buena política para salir de la emergencia, pero se necesita imperiosamente un plan integral que permita el crecimiento genuino.

(5) Es Licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Río Cuarto. Docente de Matemática Financiera en la Universidad Católica de Cuyo, sede San Luis y columnista de Finanzas San Luis

De San Luis al Mundo, el desafío del cambio en nuestras manos

por Matías Ramos (6)

El objetivo de esta nota no será como comúnmente se espera, una crítica o un análisis detallado sobre la coyuntura económica exportadora de nuestra provincia. Más bien deseo que sea una iniciativa, así como tantas que uno se propone para el venidero año.

Se fue el 2019 y no hemos aprendido nada aún. La economía de la provincia de San Luis deambula sobre los turbulentos escenarios nacionales e internacionales, con la intención del crecimiento, desarrollo económico y el tan mencionado “agregado de valor”, palabras que siempre quedan lindas en cualquier discurso o foto, pero que, a la hora de diseñar realmente los lineamientos necesarios para lograrlos, no realizamos cambio ni análisis alguno.

Sobrepasamos apenas el 1% del PBI Nacional, más del 70% de nuestras exportaciones son de origen primario y manufacturas de origen agropecuario, que generan alrededor de un 5% de los puestos de trabajo en la provincia, y que por sobre todo dependen de precios, tanto desde la demanda de productos, como desde la oferta de insumos, establecidos en el ámbito internacional. Más encima, condicionados por políticas macroeconómicas nacionales que, según algunas estimaciones privadas, más del 56% de la renta agrícola termina en las arcas nacionales a cuenta de tributaciones.

Ante este breve análisis de nuestro sector exportador diremos que estamos frente a un sector precio aceptante, con ganancias deficientemente distribuidas, con sectores deprimidos, con nulo valor agregado y por sobre todo, con una huella ecológica altísima.

Y aquí es por donde quiero iniciar la intención de mi nota, del desafío de levantar los aplazos que tenemos en materia de un genuino desarrollo económico para nuestra provincia. En pocas palabras, “que ingrese más de lo que sale”, en que realmente podamos integrarnos todos, y cuando digo todos, somos las instituciones educativas, entes gubernamentales, ONG’s, gobiernos locales, no importa el color, empresarios, la sociedad de San Luis, etc. con la confianza y firmeza en nuestras decisiones sobre el rumbo tomado y consensuado.

Comencemos con la valoración del conocimiento que tenemos como agentes sociales y económicos de nuestras actividades, que será el cimiento para cualquier crecimiento económico de nuestro sector exportador a largo plazo; seguiremos con las mediciones de impacto ambiental que genera nuestra matriz exportadora, y podremos darnos cuenta del extractivismo generado en nuestros recursos. Y acá parar un segundo y preguntarnos: ¿te estoy cobrando realmente lo que te estoy ofreciendo? Continuaremos en la búsqueda de la innovación permanente, para poder ser libres a la hora de decidir el valor de nuestros productos, diferenciados, asequibles, ecológicos y demandados.

El cambio, aunque parezca utópico, debe ser ahora. Es la salida a un sistema colapsado que imperiosamente necesita de la inclusión y la colaboración de nosotros, los autores de esta obra que hasta ahora, solo arroja saldos negativos en la taquilla. Vamos por un 2020 con el desafío de revertir la situación, dejar de ser los débiles y aceptantes, a ser quienes cambien la historia, de un sector exportador que nos necesita más que nunca para despegar, desde San Luis al Mundo.

(6) Docente en la Universidad Nacional de Villa Mercedes. Es Licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Rio Cuarto. Miembro de la ASAUEE (Asociación Argentino Uruguaya de Economía Ecológica)

Economía Argentina año 2019. Una mirada integral

por Andrés García (7)

La Economía Argentina continuó la tendencia y se mantuvo conforme a los pronósticos para el año 2019. Hacia el final del período presidencial del presidente Mauricio Macri, observando el deterioro en el desempeño de las variables que daban sustentabilidad y razón de ser a la implementación de sus políticas, las previsiones para el año 2019 se cumplieron. La mayoría de los indicadores macroeconómicos relevantes empeoraron, en un contexto donde la crisis se agudizó. En resumen, el modelo de crecimiento planteado no encontró su espacio, no prosperó.

Resulta imposible e injusto, además, entender el balance-resultado económico del año sin realizar un análisis del período 2015 – 2019. Observando el período completo podemos concluir que el resultado del 2019 era altamente previsible. El modelo de crecimiento planteado al comienzo del mandato Presidencial 2015 – 2019 se debilitó de manera continua. Llegaba a su fin sin expectativas, sin los resultados mínimamente deseados y esperados. La Inversión, principal variable del modelo, que se constituía como motor inicial de crecimiento, dinamizador de la economía, no reaccionó de la manera prevista. Factores endógenos y exógenos (tanto económicos como político-sociales) no contribuyeron de momento, anécdota al momento de estas conclusiones.

En un comienzo se hacía imprescindible que la Inversión se incrementara. Que llegara la tan ansiada lluvia de inversiones, producto de reglas más claras, un planteo de mayor institucionalidad, apertura económica con mayor competencia, mercados más eficientes, mayor libertad económica, que “equilibrara” o compensara los altos costos de corto/mediano plazo que implicaron las correcciones macroeconómicas realizadas. Costos sociales y económicos, que se traducen “técnica”, y principalmente en una reasignación de factores productivos, producto de una economía más abierta en lo comercial y financiero, la apertura cambiaria sin cepo, sinceramiento – incremento de costos en servicios/precios y condiciones en sectores clave de la economía de largo plazo, para generar incentivos de crecimiento en el tiempo (ej. sector energético), así como un sostenimiento del modelo fiscal/monetario planteado, déficit fiscal (que no se redujo para no disminuir niveles de crecimiento ya nulos) /financiamiento vía deuda pública/emisión/esterilización mediante instrumentos financieros de corto plazo del Banco Central, que no podía esperar largo tiempo para explotar, si no se revertía la tendencia. Es decir, si no se crecía.

Podríamos analizar contextos políticos y/o sociales locales, cuestiones políticas y económicas globales para intentar brindar explicaciones de los motivos del fracaso. Esto nos llevará seguramente a un análisis profundo y detallado de la situación, de nuestra configuración económico – social, ideológica, de sectores productivos. Incluso plantearnos modelos de crecimiento y desarrollo, consensuados políticamente y socialmente, comprendidos y compartidos por la sociedad. Un sueño, lejos de una realidad para la Argentina.

 Inevitablemente, el balance de la economía argentina para 2019, por ser un análisis de fin de ciclo, nos lleva a plantearnos cuestiones más profundas, de largo alcance. Buen 2020 para todos.

(7) Es Licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Córdoba y Mgt MBA – Finance por la Louisisna State University (USA).  Emprendedor y asesor económico.

2019, un año no apto para cardíacos

por Francisco Oromí (8)

Estamos llegando a la culminación de un año sumamente agitado para la Argentina desde todo punto de vista.  Desde lo político tuvimos un cambio de gobierno, sin dejar de presentarse en el camino todo tipo de sorpresas: la candidatura de CFK como vicepresidente, la elección de Pichetto como compañero de fórmula de Macri con el fin de ampliar la base política, los resultados de las PASO que dejaron en ridículo a todas las encuestadoras y la remontada significativa de Juntos por el Cambio en las generales que dejaron un sabor agrio en la victoria de Frente de Todos. Desde lo macroeconómico el año que se está yendo termina con números realmente espantosos: la inflación de noviembre fue de 4,3% con un interanual de 52%, una tasa de desempleo cercana al 10% y el nivel promedio de uso de capacidad instalada por debajo de 60%. Con estos datos las cifras que reflejan la realidad social son inevitablemente malos, el nivel de pobreza sobrepasa el 35% y en la franja etaria 0-14 años más de la mitad son pobres, este último dato es sin dudas escalofriante.

En el marco de este contexto los mercados tuvieron que procesar los acontecimientos mostrando un altísimo nivel de volatilidad. Lo sucedido el lunes post PASO quedará marcado con fuego en la retina de todos los que están familiarizados con los mercados de valores. Y no es para menos, el índice S&P Merval cayó un 48% medido en dólares, registrándose la segunda mayor caída diaria en la historia de todas las bolsas del mundo. En el mercado cambiario el peso se depreció en un 30% y la renta fija no escapó a la sangría, el riesgo país paso de 860 del cierre del día viernes 9 de agosto a 1460 puntos básicos para el día 12. Parecía que faltaba una eternidad para las generales. El instrumental con el que contaba el gobierno de Mauricio Macri resultaba ineficaz ya que están pensados para funcionar sobre cierto nivel de confianza, y para ese momento la misma estaba totalmente destruida. No había nivel de tasa de interés para contener la demanda de divisas (caída de la demanda de dinero) y estas tasas tan altas seguían haciendo daño sobre la actividad económica. Entre la desconfianza e incertidumbre Alberto Fernández todavía revestía calidad de candidato sin mostrar las cartas. Los escenarios de default (el riesgo país llegó a un máximo de 2500 puntos a fines de agosto) e hiperinflación estaban a la vuelta de la esquina y al gobierno nacional no le quedó otra opción que reestablecer el cepo cambiario, sin antes hacer todo lo posible para evitar caer en esa medida, como el reperfilamiento de letras tanto en pesos como en dólares que genero muchísimo daño a nivel corporativo por ser los instrumentos naturales para administrar la liquidez de corto plazo. Los resultados de las generales pusieron gris sobre negro, el achique de la diferencia con respeto de las PASO de Juntos por el Cambio bajó la probabilidad de un esquema de ejercicio del poder como el que tuvimos en el periodo 2011-2015.

Ya descontadas posiciones extremas (recordemos a Kicillof como Ministro de Economía) primó la moderación en la conformación del equipo económico del nuevo presidente, pero de cualquier manera sin sorpresas al tipo de medidas a los que nos tuvo acostumbrados el Kircherismo: extensión y más restricciones en el mercado de cambios, aumento de impuestos y derechos de exportación. Como los precios de los activos financieros incorporaban como más probables los escenarios más pesimistas ensayaron un significativo rebote, el índice S&P Merval desde el mínimo desde 23000 puntos en septiembre cerró este viernes a 41682 lo que representa un rendimiento en pesos de 81% en cuanto a renta fija. Los bonos en dólares también experimentaron un importante incremento que llegaron a cotizar con una paridad promedio de 32% en mínimos de setiembre hoy cotizan con una paridad por encima de 45%, lo que implica un rendimiento de 40% en dólares. Pero sin dudas la estrella de diciembre fueron los bonos en pesos, presentándose muchas señales favorables en cuanto a esta clase de activos: la eliminación del impuesto a la renta financiera para los bonos en pesos, la licitación en pesos por parte del gobierno, el re-reperfilamiento solo para las letras en dólares. Por mencionar algún ejemplo el Boncer 2020 (TC20), que en septiembre alcanzó un piso de 80 pesos, el día 27 de diciembre cerró a 175 lo que arroja un rendimiento en pesos de 119%.

En cuanto a expectativas el mercado asigna una mayor probabilidad a una restructuración no tan dura como la de 2005 y una menor probabilidad a un escenario de default (así nos fue luego del 2001). Se plantea como escenario posible una restructuración a la uruguaya. Los bonos todavía tienen mucho recorrido a las paridades vigentes. En cuanto a renta variable, pese al aumento mencionado, los valores siguen muy por debajo de los niveles pre-PASO y representan una buena clase de activos como cobertura contra la inflación. Podría continuar la recuperación con mucha atención a empresas dedicadas al mercado interno como por ejemplo MIRGOR y LONGVIE.

(8) Es Licenciado en Administración por la Universidad Nacional de San Luis y Magíster en Finanzas por la Universidad del CEMA. Coordinador de Finanzas San Luis Inversiones.

A modo de cierre

El invaluable aporte de los especialistas que nos acompañaron en esta edición especial constituye un honor para quienes hacemos Finanzas San Luis, al mismo tiempo que nos interpela para continuar desarrollando nuestra labor con cada vez mayor profesionalidad y compromiso con las instituciones y la sociedad que nos acompañan. Como ellos lo recalcan, la economía es una ciencia de números, pero al mismo tiempo una ciencia social, debida al medio, y con el objeto de lograr un mayor bienestar para todos.

El trabajo de Finanzas San Luis indudablemente es un trabajo en equipo. Es por ello que al finalizar este año no podemos dejar de agradecer a quienes participan cada semana con su aporte, dedicando su tiempo desinteresadamente y trabajando incansablemente para llevar la información desde un lenguaje técnico a uno comprensible por todos. Un especial agradecimiento a Juan Ignacio Martín, Luciana Masini, Javier Pérez, Natalia Pi Díaz, Pablo Pischetz, Tomás Ribeiro, Facundo Rovira, Matías Saidman, Álvaro Sánchez, Facundo Sconfienza, Jorge Sosa y José Wiggenhauser. A todos ellos infinitas gracias.

También agradecemos a quienes ya no forman parte de este equipo pero que en su momento colaboraron para que este blog creciera semana tras semana. Muchas gracias a Javier Apilánez, José Biava, Agustina Flores, Juan Martín Leguiza, Facundo Mateo, Juan Ignacio Pascual, Gastón Pérez y Erik Reich.

No nos podemos olvidar de nuestros invitados especiales. Además de los que en esta edición nos acompañan agradecemos a Facundo Demo, María José Galetto, Karen Gómez Diazgranados y Germán Huayamave Torres.

Por último, agradecer a los medios de comunicación que confiaron en nosotros y en nuestro trabajo, difundiendo nuestras publicaciones e invitándonos como columnistas de sus programas. A “Telemañana” de Carolina Cable Color y TVC Puntana, que nos brinda su espacio para la columna semanal de los martes. A los programas “Mañanas Digitales” de Radio Digital San Luis, “La Locomotora” y “Solo un café” de Radio Universidad Nacional de San Luis”, “De buenas a primeras” y “Contala como quieras” de Radio La Red San Luis, “La Quilla” de Radio Universidad Nacional de San Luis en Villa Mercedes, “Informe CTV” de San Luis CTV, “El tren” de Radio Tiempo Villa Mercedes y “El Living TV” de Supercanal Villa Mercedes.

A todos y cada uno: ¡muchas gracias!

¡Muy feliz fin de año y el deseo de un exitoso 2020!

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