Informe especial

Por Javier Pérez (1)

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En estas últimas semanas en Argentina la problemática del stock de reservas internacionales ha estado en boca de todos. Al acercarse las elecciones presidenciales la incertidumbre que generó el hecho de saber si iba a haber un cambio de Presidente (y por sobre todo si se confirmaba en las generales la victoria de Fernández en las PASO) hizo que los particulares intentaran refugiarse en el dólar. Hay que entender a la gente y comprender que esto no lo hacen con ánimo de atentar contra su propio país, sino que cada uno busca cubrirse y proteger el poder adquisitivo de sus ahorros.

La demanda de dólares fue en crecimiento y, desde las PASO hasta el viernes 25 de octubre previo a las elecciones generales del 27, el Banco Central tuvo que vender 22.800 millones de dólares que representaron más de un 40% del total de las reservas que poseía, para poder satisfacer la demanda de los particulares y defender el tipo de cambio para que no diera un salto muy grande. Este drenaje de dólares se vio interrumpido con la imposición del cepo cambiario el día 28 de octubre y que sigue en vigencia.

Ese pequeño repaso sirve para saber cómo pierde reservas internacionales un Banco Central: con pagos de deuda externa, con venta en el mercado local para sostener el tipo de cambio, a través del déficit de la balanza de turismo (cuando los turistas nacionales en el extranjero gastan más dólares que los dólares que dejan los turistas extranjeros en nuestro país), cuando los particulares deciden retirar sus depósitos en dólares, y a través del intercambio comercial cuando es desfavorable (es decir, cuando el valor de las importaciones superan al valor de las exportaciones).

Sin embargo, un Banco Central también puede incrementar sus reservas internacionales. Y las principales maneras en que lo hace son a través del intercambio comercial favorable (o sea que el valor de sus exportaciones sea mayor al valor de sus importaciones), a través de préstamos de organismos internacionales que incrementan la deuda externa, a través de la balanza de turismo cuando es positiva (cuando la cantidad de dólares que los extranjeros dejan en el país es superior a la cantidad de dólares que gastan los turistas argentinos en el exterior), cuando los particulares realizan depósitos en dólares o a través de la compra de dólares por parte del Central a los particulares, que se traducen en emisión de pesos al circuito económico, y que a veces puede ser inflacionario.

Se le va a prestar más atención en este informe a la forma genuina en que el Banco Central se hace o pierde divisas, o sea al intercambio comercial.

La balanza comercial argentina siempre ha presentado muchos vaivenes, épocas donde ha sido superavitaria y épocas donde ha sido deficitaria. Se analizará en el siguiente gráfico cómo ha variado el saldo de la balanza comercial desde el año 2015, abarcando el último año de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y el mandato completo de Mauricio Macri, hasta la fecha:

Fuente: INDEC.

El intercambio comercial argentino, en su último informe publicado por INDEC correspondiente a septiembre de 2019, ha mostrado las siguientes cifras:

Se puede observar un saldo positivo de la balanza comercial de 1.744 millones de dólares, cifra récord de los últimos años, la cual es explicada por un incremento porcentual de un 14,1% de las exportaciones y una disminución de 14,9% de las importaciones con respecto a septiembre de 2018. El volumen total comerciado fue de 9.748 millones de dólares, lo cual representa una suma escasamente superior (0,1%) al valor del período de septiembre de 2018.

Los principales socios comerciales de la Argentina son:

Analizando este gráfico se pueden deducir varias cosas interesantes: la primera de ellas es que el comercio con China sigue muy vigente, inclusive mejorando las exportaciones y disminuyendo las importaciones. La segunda conclusión del gráfico es que el comercio con los países americanos ha ido reduciéndose. Y la tercera es que se han generado acuerdos comerciales y abierto nuevos mercados con países como Vietnam, Países Bajos e Indonesia, donde se observan incrementos tanto en el volumen de las exportaciones como en el de las importaciones.

¿Qué exporta principalmente la Argentina?

Cuando se comienza a analizar de qué manera exporta nuestro país, también se pueden extraer, en base a datos oficiales, importantes conclusiones. El siguiente gráfico muestra cuáles han sido los rubros más importantes en cuanto a volumen comerciado y porcentaje del rubro en el total, tanto para las exportaciones como para las importaciones, comparado porcentualmente con igual período del año anterior:

Se puede ver que Argentina exporta principalmente bienes primarios y manufacturas de origen agropecuario. Esto es de esperarse ya que somos, y hemos sido históricamente, un país agroexportador. Y se observa que las manufacturas de origen industrial y combustibles y energía son otros de los rubros principales.

Las importaciones argentinas se componen principalmente por bienes intermedios, piezas y accesorios para bienes de capital, y bienes de capital. La conclusión básica que se puede extraer de este análisis es que exportamos bienes poco elaborados, con poco valor agregado, y de bajo precio (commodities), e importamos bienes de capital e intermedios que poseen mucho valor agregado y resultan caros para nuestro país. Necesitamos exportar mucho volumen de granos y manufacturas de origen agropecuario para poder compensar monetariamente nuestras importaciones. 

El origen provincial de las exportaciones

Introduciéndonos más en el tema, se analizará el origen regional y provincial de las exportaciones argentinas. Para esto se utilizará el siguiente gráfico, que representa el origen de las exportaciones argentinas correspondientes al primer semestre de 2019:

Este gráfico también revela muchas cosas, de gran utilidad para el análisis económico. Se puede observar que la pampa húmeda representa el 75% del total del valor de las exportaciones argentinas. Esto se puede considerar una debilidad porque el país, si bien debe explotar su ventaja comparativa, no puede concentrarse únicamente en exportar lo que produce la pampa húmeda. Por supuesto que, debido a la ventaja comparativa que tiene Argentina con respecto a otros países del mundo de tener tierras privilegiadas, se necesita explotar esta ventaja. Pero lo ideal sería poder darle más participación al resto del país, algo así como “federalizar” las exportaciones.

La región patagónica tiene una participación importante, alrededor de un 10,3% producto principalmente de la pesca y de la exportación de petróleo crudo.

El problema son las demás regiones del país donde tienen una escasa participación en el total de las exportaciones nacionales. Esto puede dar la pauta de que las economías regionales están muy deterioradas. Cuando las economías regionales gozan de buena salud económica la participación de las provincias en las exportaciones totales es mayor.

Resulta curioso también la participación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que representa un 0,6% del total de las exportaciones. Dicha cifra resulta muy baja en relación a la cantidad de habitantes que tiene dicho distrito. Si reflexionamos, ese porcentaje debería ser bastante más alto, ya que se podría exportar mucho conocimiento, bienes intangibles, al haber tanta población, y ya que allí es donde están concentradas la gran cantidad de oficinas y centros administrativos del país.

La región de cuyo es una de las dos regiones que ha mostrado decrecimiento (-1,8%) con respecto a igual período del año anterior.

Fuente: INDEC. OPEX, informe origen provincial de las exportaciones. Septiembre 2019.

Las cifras que se muestran son preocupantes principalmente para Mendoza y San Juan, provincias con tradición exportadora principalmente de la industria del vino. Estas cifras nos dan una idea que las economías regionales de estas dos provincias están en crisis, principalmente la industria del vino y minera. Además en el caso de Mendoza resulta llamativo que solamente exporte el 2,3% del total de exportaciones nacionales, una cifra muy baja para lo importante que es esta provincia para el país.

Distinto panorama es el de San Luis cuyo crecimiento interanual es muy importante (+18,8%) con respecto al primer semestre de 2018.

¿Cómo exporta San Luis?

La provincia de San Luis exporta solamente el 1% del total del valor de las exportaciones nacionales.

La composición de las principales exportaciones de la provincia de San Luis, se observa en el siguiente gráfico:

Como se vio anteriormente, San Luis ha mostrado un crecimiento interanual de sus exportaciones de 18,8%. La composición de las mismas muestra una matriz exportadora muy variada, liderada básicamente por el rubro cereales y por “resto de productos”. Los demás rubros importantes de las exportaciones sanluiseñas representan bajo porcentaje del total. Por lo tanto se observan muchos rubros donde cada uno exporta una pequeña porción del total.

Esta matriz exportadora se puede interpretar de dos maneras: si tomamos el lado positivo de esto se puede decir que se encuentra en crecimiento con respecto a valores del año pasado y se exporta en rubros muy variados lo cual hace que, al haber diversificación de rubros, se minimicen riesgos ante la caída de los precios de alguno de los bienes exportables. La interpretación negativa de los mismos resultados es que, como provincia San Luis parece no especializarse en nada. Saca provecho de sus tierras fértiles al observarse que exporta cereales, pero el resto de sus exportaciones son bajas en porcentaje y de rubros muy variados. La especialización en algún rubro específico podría resultar importante, para poder dirigir mayores recursos a esas actividades y obtener mayores ganancias.

San Luis ha apostado mucho a la tecnología y al desarrollo de la industria del software y productos digitales, sin embargo todavía no se ve plasmado en exportaciones al mundo que representen un beneficio importante para la provincia.

Conclusiones

La Argentina se encuentra en la actualidad disfrutando de superávit comercial que se ha extendido por 1 año, principalmente debido a devaluaciones de la moneda, que hace que los bienes producidos en el país sean más baratos para los compradores extranjeros favoreciendo las exportaciones, y también por el contexto recesivo que se encuentra el país, lo cual hace que disminuyan considerablemente las importaciones.

Como país exportamos principalmente productos primarios y manufacturas de origen agropecuario y, en menor medida, manufacturas de origen industrial. E importamos bienes intermedios, piezas para bienes de capital y bienes de capital, lo cual permite la conclusión de que exportamos bienes baratos con escasa elaboración y valor agregado, e importamos bienes caros, industrializados. Esto hace que tengamos como país que exportar mucha cantidad de bienes para poder pagar nuestras importaciones y tener una balanza comercial favorable.

Para poder obtener más reservas resultaría útil poder incluir dentro de la matriz productiva exportadora bienes de capital, con mayor valor agregado que sean más caros, y que reporten un mayor ingreso de divisas para la Argentina.

El origen regional de las exportaciones argentinas es muy desproporcional. La pampa húmeda exporta el 75% del total del valor de las exportaciones nacionales, mientras que la Patagonia representa el 10,3% del total de las mismas. Esto da una idea de que las economías regionales se encuentran en una verdadera crisis, ya que sus exportaciones son insignificantes.

La región de Cuyo es una de las más resentidas, principalmente San Juan y Mendoza. San Luis presenta otro panorama ya que interanualmente ha presentado un crecimiento importante. San Luis tiene un peso relativo de un 1% del total del valor de las exportaciones nacionales.

La provincia de San Luis exporta principalmente cereales y productos varios. Probablemente una mayor especialización permitiría una mayor exclusividad en los bienes que se podrían exportar y se podría subir ese escaso 1% que representan las exportaciones de San Luis con respecto al total de Argentina.

(1) Alejandro Javier Pérez es Licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Río Cuarto, docente de Matemática Financiera en la Universidad Católica de Cuyo, sede San Luis y columnista de Finanzas San Luis

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