Un informe especial de Finanzas San Luis
por Marcos Lucero
El pasado viernes 1 de setiembre y de manera virtual se desarrollaron las 5tas Jornadas de Administración Financiera, organizadas por los docentes de las asignaturas homónimas de la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales, organizada por el Instituto Escuela de Economía, Negocios y Transferencia Tecnológica de la UNSL, y auspiciadas por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de San Luis y Finanzas San Luis.
En primera instancia el Director de la EENyTT, Mg. Ing. Jorge Díaz, dio la bienvenida y expresó su satisfacción por la realización de estas jornadas, recordando las primeras que se realizaron de manera presencial en el Campus Universitario en 2018. Asimismo, expresó el agradecimiento a la Decana de la FCEJS, Mg. Roxanna Camiletti, y al Vicerrector de la UNSL, Mg. Héctor Flores, que siempre acompañan estas iniciativas de la asignatura Administración Financiera y de todos aquellos que vinculan nuestra Universidad con el medio.
En la primera disertación el Mg. Rogelio Villanueva se refirió a la valuación de las inversiones en las pequeñas empresas, y más específicamente a la modificación del proceso de evaluación para adaptarlo a este tipo de empresas. Comentó que el procedimiento habitual de valuación de inversiones es básicamente cuantitativo y racional, pero se pregunta: ¿los empresarios utilizan lo que se propone desde la academia para formular evaluar inversiones? En principio parecería haber una amplia brecha entre lo que dice la teoría y lo que se utiliza en la práctica. Y, ¿por qué sucede esto? Algunos autores indican que esta toma decisiones es más el instinto y la actitud frente al riesgo de los empresarios. Sin embargo, esta toma de decisiones se realiza en un ambiente de incertidumbre, y el proceso de evaluación reduce esa incertidumbre. El tema es que el método no está diseñado para pequeñas empresas, y esto se debe a tres razones: la evaluación es “demasiado financiera” y entonces el análisis estratégico, que debe ser previo al análisis financiero, no está realizado acorde a las circunstancias. En segundo lugar, al requerir pronósticos cuantitativos enfrenta al evaluador a una tarea que es intrínsecamente complicada y que después implica aspectos no comprendidos a los empresarios, que son los que toman las decisiones. Y, por último, el proceso no tiene el dinamismo que al empresario le gustaría que tuviera. Para ello es necesario adaptar la metodología para que el empresario perciba que le sirva. Es por eso que el Mg. Villanueva presenta un modelo de cuatro etapas: 1) implicar activamente al empresario en el proceso de evaluación, 2) incorporar una instancia de evaluación estratégica acorde con las circunstancias, 3) reducir los costos de la información a partir de aplicar análisis cualitativo y 4) hacer más dinámico el análisis de riesgo de las distintas alternativas.
En segundo lugar, el Lic. Cristian Sindoni disertó sobre los riesgos financieros de mercado. Asegura que los riesgos de mercado están más asociados al concepto de pérdida. Considera que el riesgo es percibido de distinta manera por quienes administran carteras de inversión, el Portfolio Manager y el Risk Manager. Para el primero, con una mirada un poco más comercial, la volatilidad está enfocada al medio de la distribución, entre 1 y 2 desvíos estándares, y busca el punto de riesgo para comenzar a diseñar su cartera de inversión. Por su parte al risk manager le interesa lo que está pasando en la cola izquierda de la distribución, qué pasa cuando las cosas no funcionan tan bien. Llevándolo a un plano de conceptualización, indica que el BCRA define al riesgo como la “posibilidad de sufrir pérdidas en posiciones fuera y dentro del balance a raíz de fluctuaciones adversas en los precios de mercado de distintos activos”. Indica que el proceso de administración de riesgos implica su identificación, evaluación, seguimiento, políticas de control y de mitigación. Esta gestión del riesgo se realiza para cuando las entidades financieras enfrentan grandes pérdidas, lo que impacta en su solvencia y liquidez. Luego presenta dos modelos de medición de este riesgo: una forma paramétrica a partir de una distribución de probabilidad teórica (Value at risk) y una solución más ingenieril. El expositor plantea que las medidas de media-varianza para medir riesgo no son acertadas, ya que en hay que tener en cuenta la curtosis y la asimetría negativa de las distribuciones de probabilidad que se dan en la realidad, y que el modelo tradicional no contempla. Por lo tanto, plantea el modelo Value at risk que pondera cuán mal le puede ir a una cartera en una situación particular de mercado, siempre en escenarios normales. Por último, Sindoni plantea cuáles son los elementos de riesgo que se plantean para nuestro país de cara a las próximas elecciones, en donde presenta los tres escenarios, Milei – Massa – Bullrich, y cómo estos escenarios podrían estar afectando a las principales variables de la economía: precios, moneda y nivel de actividad económica.
En la última conferencia la Dra. Mercedes Haga presentó una de las formas de administrar la inflación: las metas de inflación. Al principio planteó el cómo enfocar la política monetaria, como una política macroeconómica que utiliza un conjunto de instrumentos y técnicas para, entre otros objetivos, evitar que el valor de la moneda se deteriore debido a la inflación. Recalcó que es muy importante anclar las expectativas de inflación, lo que permite bajar la inflación futura, pero al mismo tiempo estabilizan la inflación actual. Para ello se utiliza una variable con la que se puedan anclar esas expectativas. Para ello puede funcionar el precio de un commodity, el tipo de cambio o la oferta de dinero. Para ello plantea que en el pasado (desde 1820 hasta 1970, aproximadamente) se ha utilizado, por ejemplo, el patrón oro. Luego comenzó a utilizarse como anclaje el tipo de cambio fijo, tal como la Convetibilidad en los ’90 en Argentina. Con esto se pierde la política monetaria, que debería estar enfocada en la estabilización de shocks. La última ancla que se ha venido utilizando es la cantidad nominal de dinero, se controla la expansión monetaria. Todas estas políticas han tenido sus problemas prácticos. Haga planteó que una buena política monetaria debe ser sistemática y bien entendida por todos, para lo cual los objetivos deben ser claros y ser transmitidos al público de manera explícita. Para ello la institucionalidad es fundamental. Por otra parte, una buena política monetaria debería ser contra cíclica, para poder amortiguar todos los shocks. El tercer objetivo de la política monetaria es que el banco Central debería sobre reaccionar con las tasas de interés a las desviaciones de la inflación respecto de las metas prefijadas. Para concluir mostró lo bueno, lo malo y lo feo de las metas de inflación. Lo bueno es que está probado que las metas de inflación conducen a los índices inflacionarios a la baja y de manera estable. Además, se logra credibilidad del Banco Central y además logra atenuar los ciclos políticos (no genera déficits fiscales tan altos en épocas electorales, financiados con emisión monetaria). Lo malo de las metas de inflación está referido a que estos cambios toman bastante tiempo, y también que no pueden ser muy fuertes, ya que el hacedor de política monetaria necesita algo de discrecionalidad para enfrentar shocks sobrevinientes. Lo feo es que hay que generar una institucionalidad que esté anclada en la Constitución y que no responda al ciclo político. Además, las estabilizaciones son extremadamente dolorosas ya que genera menor consumo. Por último, Haga planteó si estamos conscientes de que una estabilización es dolorosa, si estamos preparados para ello, si estamos dispuestos a soportar los altos costos y cómo controlamos nuestra adicción a los gobiernos populistas que tienden a brindar respuestas en el corto plazo, pero olvidarse del largo plazo.
Se cerraron las jornadas con preguntas de los asistentes al final de cada disertación y se hizo la invitación formal para las 6JAF en 2024.
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