Informe Especial

Por María José Galetto y Matías Ramos (*)

Sí, lo sostenible está de moda. Pero si lo vemos de esa forma sólo habremos conseguido un gasto ineficiente de recursos y no habremos conseguido producir el cambio.

Sí, ser sostenible puede ser un nicho de negocio y es lo que se viene. El tema es que la necesidad de ser sostenible ya llegó y lo hizo para quedarse.

Sí, ser sostenible implica cuidar el agua, no derrochar energía, no contaminar. Sin embargo, sólo esas acciones no alcanzan. Es necesario hacer una reconstrucción conceptual.

El concepto sostenibilidad fue mutando a través del tiempo, pasando por no contaminar, cuidar los recursos naturales, hasta llegar a entender que el individuo está inserto en una sistema económico, social y natural, donde todo está interrelacionado y, a su vez, las acciones presentes impactan en las generaciones futuras. Desde pensar en un crecimiento ilimitado de los países, a comenzar a pensar en que cada vez existen más restricciones, dado que con solo crecer no alcanza, si no se consigue desarrollo y éste a su vez debe ser sostenible. El crecimiento económico debe poder atender los principales problemas que afectan a la humanidad: pobreza, exclusión social, necesidades básicas insatisfechas, cambio climático, etc.

En el año 1987 se acordó una definición para Desarrollo Sostenible: “Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades”(1)  (Brundtland Report, 1987 en Carciofi, 2016). Luego, en diferentes Cumbres Ambientales Mundiales se fueron proponiendo acciones, objetivos de trabajo, llegando en septiembre de 2015, en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible realizada en Nueva York, a redactar el documento “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, donde se manifiesta que los Estados Nacionales miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprueban y se comprometen a cumplir 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 Metas, antes del año 2030.

Los temas implicados en estos objetivos y metas tienen como finalidad erradicar el hambre y lograr la seguridad alimentaria; garantizar una vida sana y una educación de calidad; lograr la igualdad de género; asegurar el acceso al agua y la energía sustentable; promover el crecimiento económico sostenido; adoptar medidas urgentes para contrarrestar el cambio climático; promover la paz; facilitar el acceso a la justicia y fortalecer una alianza mundial para el desarrollo sostenible.

¿Quiénes son los responsables de que como sociedad logremos estos objetivos? Todos nosotros, cada uno desde el rol que le toca ejercer: consumidores, productores, académicos, comunicadores, gobernantes.

¿Cómo se posiciona San Luis en cuanto a un modelo de Desarrollo Sostenible?

La provincia cuenta con una gran riqueza en recursos naturales lo que nos brinda muchas oportunidades para desarrollar diferentes actividades económicas (minería, agricultura, ganadería, biocombustibles, turismo, etc.) que pueden generar ingreso de capitales, puestos de trabajo, aumentar el nivel de ingreso de los ciudadanos y del gobierno, o sea, generar el conocido círculo virtuoso.

El sector de la economía que puede aportar a la mayoría de los ODS (objetivos de desarrollo sustentable) es el turismo, donde su principal insumo son los recursos naturales, dado que no habría atractivo turístico en la provincia si no existieran las sierras, los ríos y arroyos, los lagos. Por otro lado, la provincia tiene un  acervo cultural muy importante, que también necesita ser explotado y de esta forma poder desarrollar una actividad mas inclusiva.

A nivel internacional en el año 2008 se lanzaron los “Criterios Globales para el Turismo Sostenible” a los fines de establecer pautas acordadas por la comunidad empresarial y organismos internacionales, y que fijan los estándares mínimos que la industria turísitica, operadores y destinos turísticos tiene que cumplir para considerarse Sostenibles.

La provincia de San Luis cuenta con un marco regulatorio ambiental muy importante que ayuda a que el empresario evalúe si el impacto que va a generar el emprendimiento sobre el medio ambiente será o no significativo, tomando las medidas preventivas y correctivas necesarias antes de la puesta en marcha.

Sin embargo es necesario realizar acciones estratégicas que permitan conocer el aporte que estos recursos naturales realizan a una determinada actividad, si conviene o no su explotación, o cuánto puede ser el daño que se genere sobre el medio ambiente. Para ello existen herramientas como la Evaluación Ambiental Estratégica y la Contabilidad Ambiental que le pueden dar a los diferentes niveles de gobierno información importante para fomentar o no una actividad, y a los empresarios para tomar como líneas base para poder desarrollar la Evaluación de Impacto Ambiental de su emprendimiento.

En las II Jornadas de Hotelería y Turismo que se llevarán a cabo este jueves 19 de septiembre en la Universidad Católica de Cuyo Sede San Luis desarrollaremos el tema de “Turismo Sostenible, Responsables y Responsabilidades” a los fines de aportar una mirada diferente sobre la actividad y realizar aportes que nos permitan repensar la estrategia turística de nuestra empresa o municipio.

(*) María José Galetto es Licenciada en Economía por la Universidad Nacional de Córdoba. Docente Investigadora de la UCCuyo San Luis. Consultora en Proyectos de Inversión.

Matías Ramos es Licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Rio IV. Docente Investigador de la UNViMe. Docente de Economía Ambiental.

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