Un informe especial de Finanzas San Luis
(*) por Marcelo Vara
En los informes publicados periódicamente hemos abordado diferentes aspectos del ecosistema cripto, con un apartado especial al seguimiento de su piedra fundamental Bitcoin. Al respecto se viven momentos de euforia por estos días ya que se vio un nuevo máximo histórico, en u$d 73.750, el 14 de marzo pasado, valor que luego entró en corrección, aunque la tendencia del mercado se mantiene al alza.
Lo sucedido en estos dos últimos meses amerita un análisis más profundo sobre lo que está ocurriendo con este fenómeno. Esta cripto, que aún sigue siendo un elemento intrigante, deberá ser tomada en serio más temprano que tarde. A lo largo de estos años BTC fue desarrollándose de una manera difícil de entender y mucho menos de predecir, dada su naturaleza descentralizada. Nadie pudo ni podrá dominar por completo su evolución, aunque si influir en ella significativamente, como lo sucedido con los nuevos ETF al contado, que han generado gran revuelo e interés entre los inversores de EEUU.
Creado originalmente como una divisa electrónica de soporte a las transacciones comerciales, este invento fue mutando y se ha convertido en mucho más, reflejando en parte de su valor coyunturas del contexto económico mundial y/o eventos sociales significativos a nivel global, como la pandemia.
De ninguna manera tratamos de explicar BTC de manera integral, se necesitaría mucho más que un artículo, y en este en particular nos enfocaremos en una visión “novedosa” sustentada en algunos indicadores, y que no pretende ser una verdad absoluta ni el súmmum de lo que Bitcoin es. Simplemente es un aporte al entendimiento del fenómeno.
Es significativo que el primer Bitcoin fue minado a principios de 2009, luego de la crisis financiera más dura que vivió el mundo moderno a causa del estallido de la burbuja inmobiliaria en EEUU. Justo cuando el mundo entero vivió una pérdida de confianza en el sistema financiero mundial surge un desarrollo digital que crea una divisa de emisión limitada, soportada en un sistema que deja a un lado la confianza en un ente o gobierno, depositando la integridad, funcionamiento y transparencia de su emisión y uso en una red descentralizada inviolable (Blockchain), por lo que desde sus inicios esta cripto ofrece una alternativa razonable al mundo financiero tradicional, al que intenta sustituir al menos en parte.
En sus primeros años pasa casi desapercibido para el gran público, tiempo en que el sistema financiero tradicional buscó sanar su herida y recobrar la confianza. En ese intento se aceleró la digitalización de todos sus procesos al extremo, convirtiendo al mundo libre en un gran mercado. Esa digitalización además de inevitable es una las características de lo que ha dado en llamarse la 4ta revolución industrial, es decir la digitalización abarcó casi todas las actividades humanas. En cuanto a las finanzas y los negocios, la tecnología y la digitalización permitieron salir rápidamente de la crisis de 2008 y encontrar el rumbo de crecimiento en la economía mundial hasta la pandemia de 2020.
A la vez que la digitalización acelera las finanzas y la economía, le da la oportunidad a BTC de encontrar espacios, se desarrollan la minería a gran escala y comienzan a operar los primeros exchanges. Ya para 2016/17 comenzó a generarse en torno a él un verdadero ecosistema que es al día de hoy el mercado global y desregulado más grande del mundo.
El valor de BTC experimentó una gran volatilidad en todo ese recorrido, la cual se explica de muchas maneras, especuladores, curiosos, visionarios, etc. fueron adentrándose en el fenómeno y hasta convulsionando el incipiente mercado.
En un periodo mas reciente se sumaron algunos inversores institucionales como Microestrategy y el país de El Salvador, que tiene una política de acumulación de BTC en sus reservas, aportando no solo más liquidez sino también convirtiéndose en los horlders que necesitaba la divisa para reducir la volatilidad del precio. Aun así, es escasa su función como divisa electrónica. Sus casos de uso para transacciones se circunscriben al ecosistema cripto teniendo aun poca incidencia en la economía real.
Concebido como efectivo digital, según su creador, hoy en día esa función es mínima. Muchos lo ven como un activo, otros como refugio de valor, lo interesante es que dependiendo el punto de vista y el análisis BTC puede ser todo eso y más.
A los fines de este artículo veremos la cripto como: un “bien digital” obtenido de la producción con medios digitales y resultado de la evolución de la actual denominada 4ta revolución industrial (que aportó no solo la digitalización sino la conectividad y tecnología necesarias para el surgimiento de la cripto). Este bien satisface diversas necesidades (intangibles) en aquellos que lo obtienen, como por ejemplo seguridad, reserva, etc. y su valor de mercado representa, o simboliza (entre otros factores) el aumento de esas necesidades en la demanda.
Un elemento de análisis más que significativo es que gran parte de los criptoentusiastas creyeron desde el principio en BTC como la gran alternativa al sistema fiduciario del dinero imperante hoy, lo cual en cierta medida parece reflejado en la correlación inversa entre el índice de fortaleza del dólar americano (DXY) y BTC en al menos los últimos 3 años.
Según muchos estudiosos, y por la velocidad con la que se están presentando los eventos, estamos cerca de concluir esta 4ta revolución e ingresar en una 5ta, que dará como resultado lo que se conoce como Sociedad 5.0 (cuyo referente es Japón). Es mucho lo que se puede elucubrar sobre lo que será esta etapa, y se corre el riesgo de crear hipótesis y predicciones de ciencia ficción. Sin embargo, sí hay indicios y hechos reales que marcan que no solo sucederá muy pronto, sino que ya estamos viviendo sus inicios, fundamentalmente por la democratización de la inteligencia artificial.
Si los principales avances de la 4ta revolución permitieron la digitalización de los procesos, la inteligencia artificial llevará al extremo la automatización de esos procesos. El sector de las finanzas y los negocios ya vive algo de esto en los principales países del mundo y la vanguardia se ha venido gestando justamente en el ecosistema cripto, con mucha fuerza desde la aparición de los Smart contract, fundamento de las finanzas descentralizadas.
Sin bien los contratos inteligentes son programas inmutables que realizan operaciones repetitivas como el swap entre criptomonedas, la inteligencia artificial podrá convertir a los smart contract en intermediarios para muchas operaciones, los bots de trading en gestores de activos y los Exchanges descentralizados en verdaderos bancos.
En la Sociedad 5.0, hiperdigitalizada y automatizada, las redes Blockchain y en especial Bitcoin jugarán un papel central por lo que, si hoy es un bien digital apreciado, en pocos años más podría convertirse en el bien digital por excelencia y ser el activo digital a escala mundial en una sociedad como la que se plantea.
Por todo esto y más, conceptuamos que el valor de mercado de BTC en su dinámica también indica lo cerca o lejos que estamos de un cambio de esa magnitud, y quienes invierten en él tal vez ven ese potencial.
Es un cambio que la humanidad consolidará si es capaz de resolver sus conflictos y amenazas actuales que pueden socavar los esfuerzos del progreso.
Desde Estratégica consultora monitoreamos como estos cambios influyen en las finanzas, los modelos de negocio y los procesos, intentando colaborar con personas, empresas e instituciones a generar acciones que les permitan la adaptación a un futuro que se acerca vertiginosamente.
(*) es Técnico Universitario en Gestión Financiera por la Universidad Nacional de San Luis. Idóneo en el Mercado de Capitales (C.N.V). Consultor en finanzas (Estratégica Consultora). Referente de inclusión financiera del Ministerio de Economía de la Nación. Especialista en Criptofinanzas
Disclaimer: las opiniones expresadas en los informes especiales son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan, necesariamente, los puntos de vista de los integrantes de Finanzas San Luis.
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