Un informe especial de Finanzas San Luis
por Jorge A. Sosa (*)
Como si fuera una gran novedad para los argentinos, el término “LELIQS” ha pasado a ser el más usado en la última semana por todos los medios de comunicación, redes sociales, charlas de familia, debates y discusiones a lo largo y ancho de todo el país.
Como sacado de una galera de la política comenzamos a acentuar nuestra atención en algo que para la mayoría de la gente se presenta como algo difuso, y como que sería el origen y causa de todos los males por la altísima inflación que viene golpeando el bolsillo desde hace ya dos décadas.
Los malos hábitos de los gobiernos suelen mostrarse con una falta de disciplina a la hora de gastar lo que no se tiene. Esto ha quedado en evidencia en los últimos mandatos presidenciales que no lograron un equilibrio fiscal necesario para llevar adelante sus políticas públicas, y por lo que debieron acudir permanentemente a pedir “pesos” prestados para solventar el funcionamiento del Estado.
En otras palabras, y tomando como referencia un mes en particular, las obligaciones del Gobierno Nacional para el pago de sueldos, obra pública, subsidios, transferencias a las provincias, jubilaciones, pago de deudas, etc, etc etc, ha superado ampliamente lo que recauda del sector privado en materia de impuestos. Esto deriva en faltantes permanentes de dinero de curso legal y de manera compulsiva ha ido solicitando asistencia del Banco Central de la República Argentina, quien le “presta” esos fondos mensuales.
Hasta aquí la historia es fantástica. El BCRA es un organismo estatal que le entrega pesos al mismo estado y se supone que entre familia no debería haber problemas ya que se deben entender las necesidades del país.
Pero esta situación se viene dando desde ya hace muchos años y en cada oportunidad de préstamo el Banco Central debe crear ese dinero para el Tesoro. Para ello procede a emitir compulsivamente esos nuevos pesos. Es decir, hay más circulante de moneda.
Estos agregados monetarios, como en cualquier lugar del mundo, van recalentando la economía presionando el aumento de precios, ya que la “gente” tiene más dinero para adquirir productos y contratar servicios.
Entonces el mismo Banco, que emitió esos pesos para asistir al gobierno que está gastando más de lo que recauda, debe intervenir de manera persistente en retirarlos de la economía para no potenciar aún más el incremento de precios. Entonces aquí es donde utiliza un mecanismo legal pero peligroso, que es ofrecer a quien tiene esos pesos un instrumento con las características de un pagaré para volver a recuperar el dinero recientemente creado.
Ese instrumento se llama LELIQS, NOTALIQ y PASES PASIVOS. Cada uno con vencimientos distintos, pero en definitiva sirven de aspiradora de pesos recién emitidos.
El problema se suscita que a medida que pasa el tiempo los tenedores de estos instrumentos comienzan a demandar mayores tasas de interés para que al llegar el vencimiento de la letra no pida sus pesos prestados y seguramente salga corriendo a comprar dólares. En esta instancia ya conocen los malos hábitos del gobierno que sigue con alto déficit fiscal y sigue asistido mensualmente por el Central. Entonces presionan para obtener mayor rentabilidad sobre todo para cubrirse de la inflación imperante.
Pero lo más grave e imperdonable de los gobiernos es que, además de la emisión insustentable, entregan un pagaré libre de riesgo (ya que el emisor puede crear los pesos para pagar), y son los mismos Bancos que funcionan en Argentina los que adquieren esas LETRAS y lo hacen con fondos que obtienen de los depósitos de la gente (plazos fijos, cuentas a la vista, etc.), y en lugar de ofrecer créditos para nuevas inversiones, proyectos de desarrollo y toda iniciativa que produce crecimiento económico, hacen un juego financiero que solo tiene un ganador: LOS BANCOS.
Es decir, lo Nacional y Popular no ha sido demasiado sincero, sobre todo en el ausente gobierno de Alberto Fernández. El grito de defensa de la Justicia Social terminó siendo solo una retórica para una tribuna que también terminó siendo perjudicada y alejada de los resultados prometidos en campaña.
Seguramente recordarán allá por 2019 cuando Fernández prometía que con el dinero de estas Letras iba a subir las jubilaciones. La única verdad de esta promesa es la realidad de las rentabilidades del sector financiero.
El desafío será la eliminación y desarme de estas LETRAS, y se ha hablado mucho en la semana pasada de cómo el Gobierno del Javier Milei tenía que afrontar esta situación.
Por estos días las LELIQS y los pases están en el orden de los $14 billones, el doble de las reservas en dólares que tiene el Central.
Con Luis Caputo como titular de Hacienda se visualiza un enfoque similar al que planteó en 2018, cuando la liquidez de las Leliq se orientó a bonos del Tesoro con los cuales integrar encajes bancarios.
El objetivo se centrará en un gran canje de deuda, pero a nivel local. Esto va a permitir en caso de un avance concreto, unificar los innumerables tipos de cambio y de esta manera flexibilizar las tensiones financieras que normalmente ocurren en estas coyunturas.
El Tesoro será el responsable de cubrir las obligaciones, pero con el compromiso de asumir un nuevo esquena de fondos saludables sin recursos de la autoridad monetaria.
De ser así…. el futuro es prometedor.
(*) es Contador Público Nacional y Magíster en Economía y Negocios por la Universidad Nacional de San Luis. Profesor Adjunto en las asignaturas Administración Financiera del Sector Público, Finanzas y Financiamiento Universitario, Elementos del Mercado Financiero, Sistema Financiero Argentino y Economia en varias carreras de grado y pregrado, FCEJS-UNSL. Director Financiero y Legal de la Escuela de Economía, Negocios y Transferencia Tecnológica, UNSL.
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