Un informe especial de Finanzas San Luis
por Francisco Oromí (*)
Estamos transcurriendo el final del último mes de año y siempre surge la típica pregunta para quienes tienen capacidad de ahorro: ¿en dónde invertimos el aguinaldo?
La respuesta siempre va ser un “depende”, tendiendo en cuenta siempre el perfil de riesgo de cada persona, el horizonte de inversión y objetivos financieros. Teniendo eso en consideración responder esa pregunta en el contexto actual luce desafiante teniendo en cuenta el régimen de alta inflación que padecemos y el nivel de alta incertidumbre en el que estamos. Por ello es que haremos un repaso de las distintas alternativas y los riesgos inherentes a cada una.
Plazo fijo UVA y bonos CER
Tuvieron un buen desempeño en el 2021. Son instrumentos que ajustan por inflación y rindieron por encima del dólar. Los efectos de la expansión de la oferta monetaria de una moneda débil como es nuestro PESO ARGENTINO se hicieron notar luego del relajamiento de las restricciones por la pandemia.
Es por ello que resultaron ser un buen instrumento de cobertura frente a la pérdida de poder adquisitivo, además de las expectativas de alta inflación a futuro. Sin embargo, al nivel actual las tasas reales que ofrecen (descontando la inflación) son muy bajas teniendo en cuenta el riesgo local. Sumado a esto, el último dato de inflación de noviembre sorprendió generando suspicacias sobre la metodología de medición sobre los productos que tiene precios cuidados, los estacionales y bienes que escasean.
Dólar
Es el instrumento preferido por los argentinos en épocas de incertidumbre. Sin embargo, debemos preguntarnos cual de todos a la hora de analizar alternativas ya que convivimos en la práctica con tipos de cambios diversos: oficial, blue, MEP, CCL, solidario entre otros.
El esquema cambiario actual luce agotado teniendo en cuenta dos elementos: el nivel de reservas netas en el Banco Central (prácticamente nulas) y el nivel de la brecha cambiaria (diferencia entre el oficial y los dólares libres) que se encuentra actualmente en un 100%, algo insostenible ya que incentiva a los exportadores a no liquidar y a los importadores a adelantar las compras generando presión devaluatoria, más aun teniendo en cuenta el atraso cambiario ya que el dólar oficial corrió muy por debajo de la inflación real en este año.
Es por ello que la percepción general es que el dólar oficial está barato y resulta atractivo posicionarse en instrumentos que ajusten por tipo de cambio oficial. Sin embargo, hay que tener especial cuidado porque la tasa que rinden estos instrumentos es muy baja y el efecto en la inversión no es el mismo, si se trata de aceleración de la tasa de devaluación que un salto discreto en el tipo de cambio.
En este segundo caso al producirse una depreciación de manera violenta despeja en el corto más devaluación, haciendo que la tasa de interés que le pide a estos instrumentos aumente y como resultado no ganamos en pesos todo el salto devaluatorio. Este tema sigue siendo un tabú en el gobierno y es uno de los puntos álgidos en la negociación con el Fondo Monetario Internacional: cual será el esquema cambiario y como se implementará.
Plazo fijo convencional y bonos BADLAR
Han sido las opciones que habitualmente pierden la carrera contra la inflación. Sin embargo, ganaron atención en los últimos días por el dato de inflación de noviembre y por uno de los pedidos expreso en un comunicado del FMI de que el país debe dar instrumentos con tasa real positiva. Mantenemos escepticismo con respecto a estos instrumentos ya que la filosofía de gobiernos como los actuales siempre mantuvieron distancia de la política de tasas reales positivas, y más aun teniendo en cuenta la experiencia del gobierno anterior, y porque el balance del Banco Central está muy deteriorado.
Aumentar la tasa de los plazos fijos implica aumentar la tasa de las LELIQS que se les paga a los bancos, lo que implica que el pasivo del BCRA aumentará a un mayor ritmo. La evolución de las tasas está íntimamente relacionada a lo que ira a suceder en materia cambiaria.
CEDEARs
Son instrumentos de renta variable, es decir acciones sobre empresas que no cotizan directamente en el mercado local. Es un mercado que ha crecido significativamente en los últimos años, ya que con pesos podemos comprar empresas de Estados Unidos, Brasil o China o incluso acciones argentinas pero que no cotizan en el mercado argentino como por ejemplo Globant o Mercado Libre.
Como representan empresas de diferentes sectores en diferentes países es difícil establecer una línea general. Lo que sí podemos hacer es realizar un pantallazo general: el mercado americano sigue batiendo récord, pero a la luz de sus múltiplos de ganancias parece caro comparativamente con respecto a otros mercados emergentes como países mencionados, que han tenido una mala performance por cuestiones políticas e institucionales que el mercado castiga.
Como común denominador de estos instrumentos es el dólar implícito en los mismos y con una brecha del 100% hay que tener precaución en caso de un arreglo con el FMI porque los dólares financieros pueden bajar. También es clave analizar qué pasará con la política monetaria de la Reserva Federal y el resto de los bancos centrales de los países desarrollados y las implicancias de la nueva variante OMICRON.
Acciones argentinas y bonos en dólares
El índice accionario SP MERLVAL, el más importante de argentina, cotiza apenas arriba de los 400 puntos, muy por debajo de su promedio histórico en 750 y más aún del máximo histórico de 1750 puntos del gobierno anterior. En cuantos los bonos en dólares soberanos cotizan con una paridad promedio de 35 dólares (llegaron a cotizar a más de 100 en el anterior mandato) dando lugar a un riesgo país de 1740 puntos.
Estos valores marcan un alto nivel de desconfianza sobre el país y una perspectiva disfuncional de la economía. Sin embargo, para quienes creen en la posibilidad de un acuerdo con el FMI, y uno tal que permita sentar las bases para una corrección de los desequilibrios macroeconómicos sumado a la posibilidad de un cambio político para el 2023 este nivel de precios, representa una excelente oportunidad.
(*) es Licenciado en Administración por la Universidad Nacional de San Luis y Magíster en Finanzas por la Universidad del CEMA. Columnista de Finanzas San Luis.
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